Ola rapaces!
Xa preto do final de curso vou dando saída as cousiñas pendentes. Ao meu buzón chegaron as fermosas palabras da poesía salvaxe. Emilio continúa coa súa crónica (e van tres).
Viernes, 26
18:30. La cosa tenía que empezar en
Canido, a la sombra del cruceiro ombligo del mundo, pero la amenaza de lluvia
aconsejó llevar el espectáculo teatral de La
Ventanita al Ateneo. Consistió en la representación de un
episodio como sacado del cine mudo, donde una moderna Eulalia, risas y desvíos,
coqueteaba con dos pretendientes, Charlot y Buster Keaton (¿o era Harold
Lloyd?). Muy tierno, muy naïf, sobre una música deliciosa. Nos encantó a Tere
L. (vid. supra), a Ángeles Doce y a
mí.
Después, a la Plaza de Armas. También
pasaron Pilar Berrio y Laura, que se quedó un buen rato. Y por allí andaban
apostados Héctor y creo que Borja y/o Miguel-G. La tarde estaba fresca, pero
nos sentamos a escuchar al portugués Tiago con apoyo musical del de Eli
Quartier, más al magnífico Guillermo declamando con vigor y convicción un poema
suyo con acompañamiento de Karlotti (¡cras! ¡cras!, o mejor: ¡kras! ¡kras!), y
otro de Leon Felipe, porque en estos
tiempos, o acaso en todos, la poesía será política o no será.
No me contéis más cuentos,
que vengo de muy lejos
y sé todos los cuentos.
No me contéis más cuentos.
Contad
y recontadme este sueño.
Romped,
rompedme los espejos.
Deshacedme los estanques,
los lazos,
los anillos,
los cercos,
las redes,
las trampas
y todos los caminos paralelos.
Que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero que me arrullen con cuentos,
Que no quiero,
que no quiero,
que no quiero.
Que no quiero que me sellen la boca y los ojos con cuentos
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero que me entierren con cuentos,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero verme clavado en el tiempo,
que no quiero verme en el agua,
que no quiero verme en la tierra tampoco,
que no quiero, a su ovillo, como un hilo de barba sujeto.
Quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento...
quiero... ¡quiero!... sueño... ¡sueño!
Soy gusano que sueño... y sueño
verme un día volando en el viento.
No me contéis más cuentos,
que vengo de muy lejos
y sé todos los cuentos.
No me contéis más cuentos.
Contad
y recontadme este sueño.
Romped,
rompedme los espejos.
Deshacedme los estanques,
los lazos,
los anillos,
los cercos,
las redes,
las trampas
y todos los caminos paralelos.
Que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero que me arrullen con cuentos,
Que no quiero,
que no quiero,
que no quiero.
Que no quiero que me sellen la boca y los ojos con cuentos
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero que me entierren con cuentos,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero,
que no quiero verme clavado en el tiempo,
que no quiero verme en el agua,
que no quiero verme en la tierra tampoco,
que no quiero, a su ovillo, como un hilo de barba sujeto.
Quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento...
quiero... ¡quiero!... sueño... ¡sueño!
Soy gusano que sueño... y sueño
verme un día volando en el viento.
Emilio, aqui te envio un poema de Guillermo y otros poemas míos.
ResponderEliminarQuiero decir que te los envio por el correo. Me encantan las palabras con las que confeccionas este itinerario de regreso a la próxima SEMANA SALVAXE, que a pesar del cansancio que genera el Poder Adverso, sera también una IMAGINADA REALIDAD.
Saludos cordiales
k