PROXECTO LÓVA

sábado, 8 de decembro de 2012

Caballero Bonald gana el premio Cervantes:

El poeta español José Manuel Caballero Bonald recibió la noticia de la concesión del premio Cervantes cuando acaba de cumplir 86 años y tras haber ganado ya premios como el Nacional de las Letras, el Nacinal de Poesía, el Andalucía de las Letras, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Federico García Lorca y, en tres ocasiones, el de la Crítica.

Caballero Bonald es un poeta "discontinuo e intermitente", como a él mismo le gusta definirse. Este escritor (Jerez, Cádiz, 1926)  se toma con calma la poesía, la calma necesaria para crear. Y, así, su poemario Manual de infractores, publicado en 2005 y galardonado con el Nacional de Poesía en 2006, vio la luz ocho años después de Diario de Argónida, el anterior.  

Su último libro, Entreguerras (2012) es "el mejor" que ha escrito hasta ahora. Un libro que considera que "puede perdurar y que puede marcar una cierta línea divisoria en la poesía española".

Si estáis interesados en la figura de este magnífico escritor, que os recomiendo, no dejéis de visitar su fundación. Allí encontraréis mucha información sobre su vida y su obra, además de interesantes enlaces. 


Como sé que os gustará poder ver y escuchar al autor, os dejo un vídeo del programa de La 2 "Página 2". 



Ya. Ya vamos a lo que más nos gusta, poetas. También a mí lo que más me gusta es leer su poesía. Pero antes, unos consejos:

Hoy os pido que os situéis junto a una ventana. Si tenéis una silla cerca, podéis sentaros. Pero sólo si es una silla. Si es un sofá o un sillón, no vale. Si no, poneos de pie: es mejor. Procurad que no os vea nadie. Abrid la ventana. Sentid el aire fresco. Sentid el frío. Buscad. Buscad a alguien en la calle que se acerque a vuestra ventana y habladle desde lejos, desde arriba. Imaginad que sois la voz en "off" de una película. Imaginad la primera estrofa en blanco y negro. Pensad en quién más queráis cuando leáis la segunda. Leed dos, tres, cuatro cinco seis... mil veces la tercera estrofa hasta que entendáis qué significa "ya es mentira crecer sobre raíces". Volved al presente. Imaginaos a unos pasos de la figura que ya no extraña. Y acabad, rendidos, leyendo la última con voz pausada. Caed de rodillas. Buscad a vuestra madre. Dadle un beso.

Domingo

La veis un día domingo.
Lleva un cuerpo cansado, lleva un traje cansado
(no la podéis mirar),
un traje donde cuelgan trabajos, tristes hilos,
pespuntes de dolor, esperanzas sangrantes
hechas verdad a fuerza de ir remendando sueños,
de ir gastando mañanas, hombres de cada día,
en las estribaciones de un pan dominical.

La veis venir acaso de un azar con ternuras,
de una piedad con fábulas; la veis
venir y no sabéis que está llamándose
lo mismo que la vida,
lo mismo que su traje hecho disfraz de olvido,
hecho carne de engaño y servicial,
cortado a la medida de mensuales lágrimas,
de quebrantos tejidos con la última
hebra de la intemperie, con las briznas
de ese telar de amor donde aprendemos
la hermandad necesaria que es un cuerpo sin nadie.

Sucede que es un día más bien canción que número,
más bien como una lluvia de inclemente mirada,
de humilde mano abierta
que volverá a vestir de desnudez la vida.
Y entonces ya es mentira crecer sobre raíces,
ya es mentira ese tiempo blandamente nocivo
que se nos va quedando alquilado en la piel,
que se nos gasta hasta dejarnos
un mísero rastro de caricia vacía,
llegar a confundirnos en un domingo anónimo,
en un amor sin cuerpo, hilvanando de lástima.

Y entonces, ese día, el domingo,
viene llegando, corre, se nos acerca
(todos la conocemos),
nos mira igual que un charco
de amor recién secado, nos contagia
de todo cuanto es puro en su día siguiente,
porque está consolándose con un jornal caduco,
está desviviéndose
en una pobre sucesión de acopios para amar,
de ir contando los años por tránsitos de trajes,
por memorias zurcidas, por sueños arrancados
del retal de un domingo cegador e ilusorio.




Si queréis leer más poemas de Caballero Bonald, pulsad aquí, y aquí. Y si queréis escucharlo recitando sus poemas, pulsad aquí.

Hasta otro día, poetas.


Yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen






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